jueves, 15 de enero de 2009

Gastronimía

En el convento de Santa Clara la documentación del siglo XVIII nos habla de la compra de unas tapaderas para las "torteras" utensilios de la pastelería que se usaban para hacer mantecados. El origen de la producción de estos exquisitos dulces navideños en Estepa se la debemos a Filomena Micaela Ruiz Téllez conocida popularmente como "La Colchona" , ya que desde la segunda mitad del siglo XIX contaba con una amplia clientela en diferentes provincias. Su marido, Manuel Fernández Tenllado era corsario y distribuía por los pueblos y ciudades cercanos los magníficos dulces elaborados en el obrador de su esposa. Así surge la primera empresa familiar dedicada a la elaboración y comercialización del mantecado. A lo largo de la primera mitad del siglo XX existieron en España casi 300 fábricas de mantecados y polvorones muchas de ellas evidentemente de carácter familiar. En la actualidad la tecnología más avanzada se combina sabiamente con la añeja y rancia tradición de las viejas recetas de nuestros antepasados. La función de muchas de estas empresas familiares ha dado paso a un sector más industrial concentrándose la producción en un total de 25 grandes fábricas que exportan a nivel nacional e internacional. Cada otoño esta milenaria ciudad se sigue inundando de aromas a especias que embriaga los sentidos, al percibir el aire que viene henchido de nostalgia con sabor a canela, ajonjolí, almendra y anís.
También son típico otros dulces caseros que se elaboran para celebraciones y fiestas puntuales como Semana Santa, Octava, Velá de Santa Ana,.... Los más representativos son las magdalenas, los rosquitos de almendra trenzada, cocochas, flores de miel, pestiños, tirabuzones y ochíos.

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