Recuerdo de un bello palacete del siglo XVIII. Lo único que queda de esta casa es una parte de la fachada y la portada que daba acceso al mismo. Conserva un airoso balcón mirador de delicada forja barroca que aprovecha su situación en la esquina misma de la confluencia de dos calles.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario